Loret de Mola: agente al servicio de una confundida guerra cognitiva

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por Abraham Castelán Salazar    Marzo 12 de 2022

Hace algunas semanas, el presidente mostró a la nación cuánto dinero recibe Carlos Loret de Mola por atacar al gobierno de México y quién le paga. Esto puso al autodenominado periodista en una situación de suma desesperación, pues en su soberbia hizo descubrir sus «fuentes». La reacción de bots y de la derecha más recalcitrante moviendo el hashtag Todos Somos Loret en Twitter fue una delicia melodramática para quienes dimos seguimiento a la red social durante aquellos días; e incluso pudimos presenciar la campaña de aire de la derecha, encapsulando su movimiento en 50 mil activistas de redes sociales que hicieron uso de la plataforma Space como convención sectaria y reveladora de las personalidades de carne y hueso que están detrás de los ataques y que no tienen las agallas para tomar la plaza pública. En esos mismos días, el PRIANRD anunciaba casualmente que para 2024 impondría un candidato común, al tiempo que veíamos a un asustado Loret de Mola que ya no sabe si está mejor en las manipuladoras garras de la oposición o ante un tribunal por deberle dinero a la Hacienda Pública.

Lo revelador: a México la oposición le quiere imponer una confundida guerra cognitiva y Loret de Mola ha demostrado ser un eficaz agente de aquellos intereses que desean doblegar las decisiones soberanas del presidente, pues con sus noticias falsas ha logrado coordinar los esfuerzos de la infodemia en redes sociales,y en medios tradicionales, con el fin de convertir la mente de cada ciudadana y ciudadano que usa internet en la esfera central del conflicto por el poder en México.

En este mismo sentido, la tan criticada «pausa» con España y un aparente acercamiento cada vez mayor con el gobierno demócrata de Joe Biden parece haber alterado la comprensión de la reacción, quedándose con el apoyo de lo único a lo que apostaban cuando profesaron con ahínco el estado mínimo durante el periodo neoliberal: las empresas, mismas que hoy son beneficiadas con las becas Jóvenes Construyendo el Futuro y el circulante dispersado entre la población estudiantil,  discapacitados y adultos mayores. Empresas a las que, además,, les va bien con el Estado de Bienestar. Así que agotar psicológicamente a las y los usuarios de redes sociales con desinformación y propaganda no parece ser lo más positivo para la continuidad de un gobierno honesto y mucho menos durante un escenario post pandemia.

Loret de Mola y la industria de la mentira

Después de participar en televisión como agente de los gobiernos en turno y siempre en oposición a los intereses legítimos de México, Loret de Mola ha vendido su trabajo a los intereses de una guerra cognitiva que entró en vigor cuando el presidente Andrés Manuel asumió el poder ejecutivo. Esta guerra ideológica ha buscado erosionar la confianza sobre la que se está construyendo la Cuarta Transformación, utilizando la desinformación como potenciador de las  vulnerabilidades cognitivas de los usuarios de redes sociales al usar las ansiedades o creencias neoliberales tan arraigadas en la población crecida durante ese periodo. Pero también ha sabido atacar cuando la agenda nacional se encuentra por discutir temas que conllevan reformas estructurales y la consiguiente instauración del Estado de Bienestar.

La diferencia entre los servicios de Loret en esta guerra cognitiva y los que prestaba para los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto es que durante ese periodo tan sólo fungía como un agente de propaganda, mientras hoy es un actor político que interactúa en una escena de la esfera pública en donde todo el mundo participa: las redes sociales. Se trata de un cambio sutil pero significativo. Anteriormente las ciudadanas y los ciudadanos estaban sometidos pasivamente a la propaganda, ahora contribuyen activamente a su promoción, y en los días de aquella disputa mediática Loret alcanzó 50 mil personas militando en su movimiento virtual.

Ante esta compleja situación, es importante saber identificar las vulnerabilidades del cerebro humano cuando éste es atacado a través de una guerra cognitiva:

  • -La incapacidad de determinar si una información concreta es falsa o verdadera (Fake News)
  • -Imposibilidad para verificar rápidamente la validez de los mensajes en caso de que se produzca una sobrecarga de información (Hashtags, tendencias)
  • -Tendencia a creer que ciertas afirmaciones o mensajes anteriores son verdaderos, aunque sean falsos (Inundaciones en Dos Bocas)
  • -Aceptar afirmaciones como verdaderas en caso de que estén respaldadas con pruebas, sin tener en cuenta tampoco la autenticidad de las mismas (InfoMontajes de Loret)

La guerra cognitiva busca controlar cómo piensa y reacciona una población ante determinados acontecimientos, y qué mejor manera de poner en duda una reforma de gran calado para el país como la eléctrica, que atacando el corazón mismo de la reforma: la integridad ética del presidente.

Loret de Mola ha sabido jugar el juego del poder destacándose entre sus pares, superando a los protagonistas mismos de la oposición y cortocircuitando la impecable agenda del presidente durante casi una quincena. Pero el Presidente ha demostrado que en México aún no hay quien le gane en las vencidas del poder, ha hackeado los límites perceptivos de la investidura y  demostrado que aún con todo el poder del país de su lado se puede ser un muy hábil luchador social y posicionarse a la vanguardia de la resistencia contra los poderes mediáticos .

Todo este tiempo transcurrido a raíz del montaje promovido por De Mola, así como la continuidad de la agenda presidencial y sus giras por el país, han demostrado que todas y todos somos propensos a ser víctimas de la guerra cognitiva, pero también ha puesto de manifiesto que es posible hacerle frente y sobrevivir con resiliencia.

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