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Anatomía de La Mañanera: novedoso medio para la comunicación política (II)

por Alejandro Gallardo Cano y Edgar Hernández Rodríguez    Abril 14 de 2022

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  1. Consorcios y poderes fácticos versus La Mañanera

 

Del somero análisis de los contenidos cotidianos organizados por canal y de su papel contestatario se desprende que La Mañanera cumple con seis propósitos comunicativos bien definidos, que se pueden agrupar en tres grandes funciones:


Adicionalmente, como ocurre en todo medio de comunicación, en La Mañanera se han realizado experimentos peculiares asociados con el discurso presidencial: la transparencia y la lucha contra la corrupción. Así ocurrió con el tiempo que, durante una semana, se dedicó a exponer públicamente las propuestas de los aspirantes a ocupar el liderazgo o Secretaría General del Sindicato Nacional de PEMEX (CM-lunes 24/01/2022, al CM-viernes 28/01/2022). Sin embargo, estos experimentos han sido los menos en el panorama histórico del medio.

Ahora bien, ¿por qué asume esa estructura peculiar La Mañanera? ¿Por qué buena parte de su estructura informativa en todos sus canales se «mueve» entre dos polos: una constante rendición de cuentas («miren lo que estoy haciendo») y un sesgo contestatario («miren, estos medios mienten y me atacan»)? Ese vaivén constante ha dado pábulo a las críticas que frecuentemente se aducen en contra de este medio de comunicación y en particular en contra de su principal titular: que es una acción ventajosa o beligerante, pues se emplean los recursos y la investidura presidencial para atacar y descalificar oponentes en un ejercicio «autoritario» del poder, o porque «siempre está en campaña», etcétera.

Una lectura superficial, sesgada o mal informada de las funciones y propósitos comunicativos presentados llevaría a la conclusión inmediata de que, en efecto, el medio de comunicación analizado tiene propósitos ideológicos fuertemente orientados al ataque y descalificación de oponentes políticos e ideológicos. Sin embargo, si se eleva un poco el nivel de observación y se hace una mínima indagación histórica, estas afirmaciones asumen un matiz diferente e incluso su desmentido contribuye a magnificar la función política real de La Mañanera.

 

  1. El «cuarto poder» y las esferas comunicativas

En modo alguno es nueva la idea de que la comunicación —un proceso social básico a través del cual los individuos, grupos y naciones intercambian información con propósitos diversos— y los medios o recursos que le son inherentes han desempeñado un papel esencial y definitivo en la historia de la humanidad.

La utilidad de los medios de comunicación para propagar información, bloquearla, dosificarla, tergiversarla, desviarla, parcializarla y hasta ocultarla, no ha sido menos importante para otra función básica de la propia humanidad: la política. No son pocos los analistas y estudiosos que han centrado sus críticas y análisis en las formas en que la información es manejada a través de los medios para controlar a los pueblos, dar sentido y proyecto a una nación, atacar o subordinar a grupos enemigos o incluso para elevar (o disminuir) el nivel cultural de todo un país. Los propósitos son diversos, el proceso es el mismo. Y en la política la comunicación y el manejo o manipulación de información que implica han tomado una enorme relevancia conforme se perfeccionan las tecnologías que le dan sustento.

Desde que se gestó una visión particular del mundo con un claro sentido financierista en la década de los 80 del siglo pasado, se han agudizado los fenómenos de concentración corporativa de empresas y entidades productivas de todo tipo. En el ámbito comunicativo ha ocurrido lo mismo incluso con visos dramáticos, en aquello que Jenkins (2012) describe como «convergencia», que en realidad es la concentración de muchos recursos comunicativos en muy pocas manos.

Los consorcios de comunicación en el mundo —y México no es una excepción— agrupan todo tipo de recursos o medios para informar: cadenas de televisión y radio, numerosos periódicos y revistas impresas, portales en la internet, circuitos de exhibición de películas y teatros, etcétera, que son capaces de crear verdaderas esferas comunicativas (Gallardo, 2017) con las consecuencias que tempranamente auguraba Noam Chomsky (2001): un grupo de interés económico o poder fáctico puede generar discursos que saturen prácticamente todo el espacio público de una nación y hasta una región del planeta, e implantar falsos discursos o percepciones equívocas en la opinión pública.

 

Figura 3. La cobertura «casi total» que logran los consorcios de comunicación, que agrupan todo tipo de medios de comunicación o centros de recreación (estadios, teatros y equipos deportivos incluidos), genera «esferas comunicativas» de las cuales usuarios o grupos sociales en regiones específicas del planeta difícilmente pueden escapar. Son inmensas fábricas de corrientes de opinión pública.

Ese es precisamente el contexto comunicativo que enfrenta la 4T: ante las políticas de austeridad del actual gobierno, su negativa a adquirir más deuda pública o a privatizar los menguados recursos energéticos nacionales (petróleo y energía eléctrica); así como su determinación a no hacer más concesiones a compañías nacionales y extranjeras para la extracción de minerales o su empeño por revertir los efectos de la privatización a ultranza de servicios y bienes, han generado reacciones virulentas de grupos de interés afectados por esas políticas, las cuales se manifiestan en un entorno comunicativo abiertamente bélico donde los consorcios de comunicación, a través de un nutrido grupo de opinadores profesionales, periodistas e intelectuales a sueldo, generan ataques sistemáticos y sincronizados encaminados a desprestigiar y denostar los programas y acciones del gobierno federal y a desvirtuar la noción de ética asociada a la 4T.

Como señalan numerosos especialistas, ese procedimiento de «guerra sin balas» consiste en generar, mediante un verdadero alud de información por todos los medios posibles (la repetición y redundancia informativa que les facilita tener acceso a múltiples medios y canales), estrategias armadas con millones de mensajes equívocos y falaces para sembrar dudas en la población, crear confusión, generar o reforzar sentimientos de desesperanza o encono contra las políticas sociales del gobierno, o desprestigiar personajes específicos asociados al mismo.

La siguiente fase de esa «guerra híbrida» (porque usa estrategias combinadas de desacreditación comunicativa, acción legal y en ocasiones golpes de Estado militarizados), una vez creado un sentimiento negativo entre la opinión pública, puede derivar en algún artificio legal, alguna demanda por corrupción o por la realización de alguna expropiación «indebida», lo cuual permita desaforar y eventualmente derrocar o anular jurídicamente al gobernante en turno, aquello que los analistas han identificado desde hace décadas como lawfare, base del «golpe de Estado blando» (Bielsa/Peretti, 2019; Tirado, 2021).

Si a todo lo anterior se añade que el actual gobierno federal en México, desde su acceso al poder en el 2018, se ha negado a mantener la prolongada tradición de anteriores administraciones de crear un entorno informativo favorable a sus políticas mediante las dádivas, «incentivos fiscales» o el pago directo a la industria comunicativa tradicional para garantizar su «adhesión adulatoria» (es decir, cero «chayote»), entonces se tiene claro el contexto bélico adverso que enfrenta actualmente la 4T y la razón del por qué su estructura informativa orientada a la machacona rendición de cuentas, la réplica, la defensa y el desmentido.

 

  1. Una isla

La Mañanera, de acuerdo con las ideas hasta aquí expuestas, ha resultado ser un invento comunicativo novedoso y funcional que sin duda ha permitido al movimiento encabezado por AMLO sobrevivir y mantener la operación de un gobierno legítimamente constituido, que ha emprendido acciones encaminadas a la redistribución de la riqueza, el combate a la corrupción y la rectificación de la política económica del país, así sea en niveles no radicales o modestos (no se ha recurrido al cierre de medios de comunicación ni a la expropiación, ni a la desaparición de organismos «autónomos» o independientes, ni se ha recurrido a la violencia en ningún caso) (Capital 21, 03/12/21).

Pese a ello, se trata de un gobierno que está sitiado por el poder económico de grupos locales integrados por agrupaciones políticas legales e ilegales (los partidos y algunas ONG, sindicatos de empresarios, etc.), algunos de los cuales cuentan con el apoyo económico y político del extranjero, como ocurre con la ONG Mexicanos contra la corrupción, apoyada por la embajada estadounidense; o bien, por los consorcios extranjeros que han obtenido —y siguen obteniendo— pingües ganancias gracias a las concesiones obtenidas en anteriores administraciones, como serían OHL, Repsol e Iberdrola, entre otras compañías y corporativos canadienses y estadunidenses.

La Mañanera es un medio de comunicación que ha demostrado ser un eficaz recurso comunicativo, útil para contrarrestar el ataque mediático de los poderes fácticos mencionados. En tal sentido, ha resultado ser una versión mejorada respecto de su primer ensayo que tuvo vigencia durante el periodo en el cual AMLO ocupó, entre el 2000 y el 2006, la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal. Se trata, entonces, de una invención, al parecer original de AMLO, que no tiene parangón en ningún otro país del mundo, aunque pueden encontrarse antecedentes previos no tan prolongados ni tan eficaces, como las fireside chats, «charlas junto al fuego» del presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, quien a través de treinta conferencias radiofónicas dominicales logró disminuir la tensión social del pueblo estadunidense agobiado por la recesión económica en la década de los 30 del siglo pasado, y obtuvo una corriente de opinión favorable en apoyo a la participación de ese país en la II Guerra Mundial. Otros ejercicios comunicativos menos investigados se pueden encontrar en países como Venezuela, con las emisiones televisivas Aló presidente de Hugo Chávez entre 1999 y 2012; las transmisiones de Rafael Correa en el Ecuador, entre 2009 y 2017, o las Conversaciones con Putin en Rusia, a lo largo del 2009.

Con esos antecedentes históricos a la vista, acaso el éxito actual de La Mañanera pueda medirse en que ha evitado la confrontación directa que representaría la censura a medios de comunicación «tradicionales» opositores al régimen, como ocurrió en Venezuela en uno de los periodos de gobierno de Chávez; o en Brasil, Bolivia o Argentina, donde el encono entre los gobiernos democráticamente constituidos fue en crescendo con las consecuencias por todos conocidos: golpes de Estado y aplicaciones de lawfare o guerras híbridas que terminaron por lograr la destitución y hasta el encarcelamiento de los principales líderes de esos gobiernos.

 

Figura 4. La Mañanera es un medio de comunicación colectivo, moderno y original, que ha demostrado ser un eficaz recurso comunicativo para contrarrestar el ataque «mediático» de los poderes fácticos. Sin embargo, aún es una isla.

Igualmente, la eficacia actual de este nueva edición de un medio de comunicación política seguramente descansa en su co-incidencia con el desarrollo de las redes sociodigitales o plataformas de redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube; y con ellas, el surgimiento generacional de un verdadero ejército de jóvenes comunicadores que han encontrado en la relativa autonomía que les proporcionan esas plataformas, la oportunidad para ejercer un periodismo fresco, espontáneo, experimental, independiente del poder controlador de los grandes consorcios (o al menos que gozan de una mayor libertad editorial).

Igualmente, las posibilidades de realizar un periodismo o un foro independiente que ofrecen las redes sociodigitales, gradualmente han sido aprovechadas por periodistas más experimentados (o políticos profesionales como los diputados Gerardo Fernández Noroña o la diputada Andrea Chávez, entre otros), que a últimas fechas han elevado el nivel de oportunidad y calidad analítica e informativa disponible para la sociedad mexicana.

Con todo, La Mañanera aún sigue siendo una isla. Si bien aprovecha con mucha eficacia el respaldo que le otorga el ciberespacio, se enfrenta constantemente a formidables opositores en el terreno de la comunicación pública en un país donde, de acuerdo con los datos de ENDUTIH (2020), 84.1 millones de mexicanos son usuarios de internet, lo que representa un 72% de la población. Sin embargo, una enorme proporción de personas en el país no se encuentran conectados a la internet, sus mensajes no llegan a la gran mayoría de la población con la oportunidad, fidelidad e integridad requerida. La brecha tecnológica es aún enorme. Ese espacio «vacío» de conectividad aún lo ocupan los consorcios que mantienen vigente su «esfera comunicativa» mediante la televisión, la radiodifusión y la prensa escrita, sin obviar, como se dijo antes, su enorme cadena de teatros, estadios y salas de exhibición.

Obviamente, los mensajes originales de La Mañanera en muchos estados de la república son re-procesados por los medios locales en todas las formas de manipulación posibles (Gallardo, 2017): son parcializados, tergiversados, re-orientados y hasta omitidos según las preferencias e intereses del consorcio en cuestión. En algunos casos hasta se generan corrientes de fake news con fragmentos manipulados de la propia Mañanera. Al respecto son lapidarias las palabras de Fabricio Mejía reproducidas en una emisión reciente de La Mañanera:

Se dice que es el lugar, el pódium del Palacio Nacional, el que tiene mucho peso. Si consideramos que el 96 por ciento de los mexicanos ven noticias por televisión comercial y existen sitios periodísticos de YouTube con 10 millones de suscriptores, que las mañaneras las vea medio millón no sustenta tal afirmación

 

Breve epílogo: ¿cómo contrarrestar esta desventaja?

Desde el punto de vista de quienes esto escriben, es incomprensible la inacción de los órganos responsables de la comunicación oficial del gobierno de México, que no han hecho un esfuerzo sistemático por ampliar la cobertura de La Mañanera mediante el sencillo procedimiento de replicar sus mensajes originales, o al menos sus contenidos más significativos, a través de espacios de transmisión broadcast: tal vez mediante la reactivación de los «tiempos oficiales», forma de impuesto que desapareciera en tiempos del presidente Vicente Fox, el establecimiento de convenios con emisoras comunitarias o mediante la creación de canales de radio, televisión y prensa escrita en frecuencias digitales.

El ejercicio de comunicación que realiza a diario el presidente López Obrador, que para algunos resulta machacón y repetitivo, es en realidad una batalla cotidiana para evidenciar los intereses reales que promueven una esfera comunicativa en México, mostrando qué hay detrás de los grandes consorcios y monopolios mediáticos, vinculados a su vez con grupos de interés económico contrarios a la nación.

Los mensajes que emiten los diversos medios de comunicación responden a intereses empresariales muy bien identificados. Gran parte de las narrativas que se generan en las redes sociodigitales buscan promover un ambiente de descontento, inconformidad y desesperanza, todo con el propósito de atacar por el flanco al proyecto de transformación nacional puesto en marcha a partir de 2018. En ese sentido, está comprobado que los grupos opositores a la 4T gastan entre 5 y 7 millones de pesos semanales en ataques en redes sociales (La Jornada, 17/02/22) articulados con ataques constantes en los medios de comunicación colectiva o «masiva» tradicionales: cine, televisión, radio y prensa escrita.

Igualmente, se echa de menos la pobre conexión que hay del esfuerzo comunicativo de la presidencia de la república con los grupos de militantes y simpatizantes orientada no sólo a replicar la información de La Mañanera, sino a lograr una eficaz coordinación entre redes locales de comunicación: radios comunitarias, grupos de conversación, universidades, sindicatos democráticos, etcétera, que además de difundir información veraz y oportuna, promuevan la discusión política. Todo ello para contrarrestar los ataques sistemáticos de la derecha.

Se trata de una guerra, y todas las vías de respuesta y contraataque son válidas, exactamente como las fuerzas opositoras operan al apelar a la mentira, la tergiversación o el desprestigio por todos los medios de que disponen, que no son pocos.

La noción de «esfera comunicativa» no es inocente ni aséptica. La conferencia matutina da diariamente herramientas para que las y los representantes legislativos acompañen los trabajos que encabeza AMLO, y a su vez dota a militantes y simpatizantes de líneas discursivas que deberían ser acompañadas y difundidas por la mayor cantidad de canales posibles. Todo ello, mientras se logra alcanzar una mayor conectividad a través de la internet en todo el territorio nacional, con la esperanza de que esta solución no llegue demasiado tarde, pues los tiempos políticos son muy cortos y los hábitos de consumo informativo de millones de mexicanos aún están determinados por el acceso fácil a información sesgada al modo y gusto de los consorcios comunicativos que por más de seis décadas han usufructuado el espacio radioeléctrico y la prensa del país.

 

Fuentes consultadas y citadas

 

Aguirre, Samedi, et. Al. https://www.animalpolitico.com/elsabueso/quien-es-quien-en-las-mentiras-amlo-dichos-enganosos-segunda-vez/

Aristegui, Carmen: https://aristeguinoticias.com/3006/mexico/reaccionan-periodistas-ante-el-quien-es-quien-en-las-mentiras-impulsado-por-amlo-en-la-mananera/

Barabási, László (2007), “The Architecture of Complexity. From network structure to human dynamics”, en IEEE Control Systems Magazine, august.

BBC Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-47066862

Bielsa, Rafael y Peretti, Pedro (2019), Lawfare: guerra judicial-mediática. Del Primer Centenario a Cristina Fernández de Kirchner. Planeta. Argentina.

Comunicado de Prensa. Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/OtrTemEcon/ENDUTIH_2020.pdf

Chomsky, Noam, 2001: “El control de los medios de comunicación”. Consultado en línea: https://cronicon.net/paginas/Documentos/paq2/No.31.pdf

Gallardo Cano, Alejandro (2018), El cartel y su lenguaje. Fondo Editorial Universidad Pedagógica Nacional. México.

Gallardo Cano, Alejandro (2017), La información: un componente básico para la interacción en el universo. Cibernética y teleología humana, IDEJ, México.

Jenkins, Henry (2012), “Transmedia Storytelling and Entertainment: An annotated syllabus”. En Alan McKee: Entertainment Industries, Routledge, England.

La Jornada (17/02/22): https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/17/capital/en-tuits-contra-sheinbaum-y-amlo-gastan-hasta-7-millones-semanales/

Rodríguez Reyna, Ignacio en: https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2021/07/06/quien-es-quien-en-las-mentiras-amlo-mananeras-prensa/

Sobre la aprobación a AMLO: https://www.capital21.cdmx.gob.mx/noticias/?p=29536

Tenorio Herrera, Guillermo (1987). Comunidad y comunicación universitaria. Universidad Autónoma de Puebla: Cuadernos de Comunicación Crítica, núm. 6.

Tirado, Arantxa. (2021). El Lawfare. Golpes de Estado en nombre de la Ley. Akal. España.

Weber, Max (2014). Economía y sociedad. FCE. México. Edición electrónica.

 

 

  1. Conferencias matutinas:

 

CM-lunes 07/06/21. https://www.youtube.com/watch?v=07GO-X8eyj4

CM-martes 29/06/21. https://www.youtube.com/watch?v=bt70ubXwaXc

CM-miércoles 30/06/21. https://www.youtube.com/watch?v=w3FZymyFJz8

CM-miércoles 21/07/21. https://www.youtube.com/watch?v=6uXf6U4k3gM

CM-miércoles 22/09/21. https://www.youtube.com/watch?v=Jww5N4SpSHg

CM-miércoles 08/12/21. https://www.youtube.com/watch?v=Ftyf7LHDUpU

CM-lunes 24/01/2022. https://www.youtube.com/watch?v=YtaE4KeN-Yo

CM-viernes 28/01/2022. https://www.youtube.com/watch?v=cVpjTiBxMYY&t=5646s

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